El poder del contacto piel con piel tras el nacimiento: beneficios para madre y bebé

El contacto piel con piel inmediatamente después del nacimiento es una práctica sencilla que ofrece múltiples beneficios tanto para el recién nacido como para la madre. Esta técnica, que consiste en colocar al bebé desnudo sobre el pecho desnudo de la madre, favorece la adaptación del bebé al mundo exterior y fortalece el vínculo afectivo entre ambos.
¿Qué es el contacto piel con piel?
El contacto piel con piel implica colocar al recién nacido, sin ropa, directamente sobre el pecho desnudo de la madre o del padre, cubriéndolo con una manta para mantener el calor. Esta práctica debe iniciarse tan pronto como sea posible tras el parto y mantenerse durante al menos una hora, repitiéndola frecuentemente en las primeras semanas de vida.
Beneficios para el bebé
Regulación fisiológica
El contacto piel con piel ayuda al bebé a regular su temperatura corporal, frecuencia cardíaca y niveles de azúcar en sangre, facilitando su adaptación al entorno extrauterino.
Estabilidad emocional
Esta práctica reduce el llanto y el estrés del recién nacido, proporcionándole una sensación de seguridad y bienestar al escuchar los latidos del corazón y la voz de su madre.
Estimulación del desarrollo
El contacto piel con piel favorece el inicio temprano de la lactancia materna y estimula el desarrollo neurológico y emocional del bebé.
Beneficios para la madre
Fortalecimiento del vínculo afectivo
Estar en contacto directo con su bebé ayuda a la madre a establecer un vínculo emocional sólido desde el primer momento.
Estimulación hormonal
El contacto piel con piel estimula la producción de oxitocina, hormona que facilita la lactancia y ayuda a reducir el riesgo de depresión posparto.
Recuperación postparto
Esta práctica contribuye a la recuperación física de la madre tras el parto, promoviendo la contracción uterina y la expulsión del calostro.
Participación del padre
El contacto piel con piel no es exclusivo de la madre; el padre también puede y debe participar en esta práctica. Su implicación fortalece el vínculo afectivo con el bebé y proporciona beneficios similares en términos de regulación fisiológica y emocional del recién nacido.
Implementación en partos por cesárea
Aunque tradicionalmente se ha asociado el contacto piel con piel con los partos vaginales, cada vez más hospitales están implementando protocolos que permiten esta práctica también en cesáreas, siempre que la salud de la madre y el bebé lo permitan.
Conclusión
El contacto piel con piel es una práctica sencilla, sin costo y con múltiples beneficios para el recién nacido y la madre. Promueve una transición suave al mundo exterior, fortalece el vínculo afectivo y contribuye al bienestar físico y emocional de ambos. Es fundamental que los profesionales de la salud fomenten esta práctica desde el nacimiento, independientemente del tipo de parto.
Para más información sobre el cuidado del recién nacido y prácticas recomendadas tras el parto, visita nuestra sección de cuidados del recién nacido.