Desde el momento en que una mujer queda embarazada, su cuerpo comienza a transformarse para nutrir y proteger al bebé. Pero hay algo más profundo que ocurre en silencio: el bebé empieza a reconocer la voz de su madre y a familiarizarse con su idioma desde el útero.

¿Cómo escucha el bebé y aprende el idioma desde el útero?

A partir de la semana 25 de gestación, el sistema auditivo del bebé está lo suficientemente desarrollado como para captar sonidos del exterior. La voz de la madre, transmitida por vibraciones a través del líquido amniótico, se convierte en el sonido más familiar y reconfortante.

• El bebé distingue tonos, ritmos y entonaciones.
• Puede reaccionar con movimientos o cambios en el ritmo cardíaco.
• Estudios han demostrado que los recién nacidos prefieren la voz de su madre sobre otras voces.

Aprendizaje del idioma materno antes de nacer

Investigaciones publicadas por BabyCenter y Ser Padres indican que los bebés comienzan a absorber patrones del lenguaje desde el útero. Esto significa que:

• Reconocen la cadencia del idioma que escuchan con más frecuencia.
• Al nacer, pueden diferenciar su lengua materna de otras.
• Este aprendizaje temprano facilita el desarrollo del habla y la comprensión en los primeros años.

Cómo fortalecer el vínculo emocional y lingüístico

Hablarle al bebé durante el embarazo no solo fortalece el vínculo afectivo, sino que también estimula su desarrollo cognitivo. Algunas recomendaciones:

1. Háblale con frecuencia: Cuéntale lo que estás haciendo, cómo te sientes o simplemente salúdalo cada mañana.
2. Lee en voz alta: Escuchar cuentos o canciones ayuda a familiarizarse con estructuras lingüísticas.
3. Canta: Las melodías suaves y repetitivas son especialmente efectivas para crear conexión emocional.

El lenguaje como puente de amor

El aprendizaje del idioma materno desde el útero es una muestra poderosa de cómo el vínculo entre madre e hijo comienza mucho antes del nacimiento. Al hablarle al bebé, no solo se le transmite amor, sino también herramientas para su desarrollo emocional y cognitivo. Porque cada palabra que escucha es una semilla de conexión, comprensión y ternura.